Christina Burton, de 29 años de edad, contrató los servicios de una facialista a domicilio por 75 libras (1,862 pesos). El procedimiento para aumento de labios consiste de una crema que sirve de anestesia local y un relleno inyectable.
La señora Burton, madre de dos hijos, cree que la crema para el dolor fue el motivo por el cual se le hincharon los labios “como salchichas”.
Tan pronto como me pusieron la crema, supe que algo no estaba bien. Sentí un hormigueo en mis labios y como si se estuvieran hinchando de inmediato.
La facialista le aseguró a su cliente que no había nada de raro con la sensación y procedió a inyectarle 1 mililitro de lip filler.
Sin embargo, para la señora Burton, algo estaba mal. En los últimos dos años se había hecho el tratamiento en cinco ocasiones y nunca había experimentado tanto dolor en la boca.
Me miré en el espejo y vi que estaban hinchadas, mi garganta estaba adormecida y se me dificultaba tragar saliva.
Horas después de que se marchara la facialista, la señora Burton observó que sus labios se ponían más y más grandes. Ni siquiera podía abrir su boca de lo pesado que estaban sus labios. “Parecía un pato deforme”, dijo, pero no tenía nada de gracia para la mujer, especialmente cuando comenzaron los problemas para respirar.
Antes de entrar en pánico, llamó a la ambulancia. Al llegar a su domicilio, los paramédicos le suministraron adrenalina, la pusieron en un nebulizador y la trasladaron al hospital.
Al ser internada, los médicos le dieron esteroides, drogas antiinflamatorias y antibióticos. Con el paso de las horas, la hinchazón se redujo notablemente pero tuvo que ser monitoreada toda la noche.
Ahí fue cuando me asusté. Fue algo bueno que no me fui a dormir, que es lo que planeaba hacer, ya que bien pude quedarme así, sin despertarme.
La señora Burton compartió imágenes de los efectos del tratamiento con sus amigos. Al principios, se reían porque pensaban que se trataba de un filtro de Snapchat, pero al ver que eran sus labios de verdad quedaron horrorizados. Dijo que una de sus amigas incluso vomitó.
Luego de pasar por este susto, Christina Burton aseguró que no volverá a hacerse otro tratamiento de aumento de labios. “No vale la pena”, dijo. “Pudo haberme matado, ¿quién se lo hubiera explicado a mis hijos?”
Ahora comparte su historia para que sirva de lección a otras personas que busquen recurrir a los rellenos inyectables o al Bótox, sobre todo si son alérgicos.
Le diría a cualquiera que esté pensando en obtener un relleno primero asegurarse de que esté con alguien que esté completamente calificado y que haya recibido la capacitación adecuada; usted debe saber qué productos están usando y que estén asegurados.
Con información de Daily Mail.
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