- Los legisladores salientes evitaron fotos durante el proceso de desalojo de oficinas
El 31 de julio, los perredistas retuvieron por la fuerza a dos camarógrafos y un fotógrafo y los obligaron a borrar sus fotos de la mudanza.
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Al día siguiente, el presidente de la Mesa Directiva, el priista Édgar Romo, tuvo que pedir disculpas y anunciar que el hecho iba a investigarse.
"Ustedes tienen libertad de tránsito por todo el recinto, por todos los edificios que componen la Cámara y, además, la libertad de informar a la hora y el momento que ustedes desean", dijo a los periodistas, pero el desalojo de las oficinas continuó en secreto.
En las oficinas todavía abiertas había cajas cerradas. Los cuadros estaban descolgados, envueltos en hule espuma. En las oficinas que tenían sellos de seguridad se veían nada más el escritorio y el teléfono. Los empleados que quedaban se afanaban a romper y echarlos a la basura. Pero, salvo algunos -los menos- no permitían fotos.
"Esta es una área privada", alegó una señorita que cargaba una pantalla junto a las oficinas del PRI. Aunque se le explicó que sólo era para documentar el cambio de oficinas, puso como pretextos derechos sobre su imagen para que no se le grabara.
En la Comisión de Trabajo, que preside el priista Pedro Alberto Salazar Muciño, donde también había cajas empacadas y papeles yendo al basurero cerraron la puerta, apagaron la luz y llamaron al personal de resguardo. Llegaron ocho y alegaron que San Lázaro era un espacio privado de los diputados. Admitieron que por estos días los diputados se llevan hasta las televisiones, pero según dijeron puede que sean televisiones que cada uno llevó de su propia casa.
Desde 2015, cada una de las ocho bancadas recibió una subvención fija de 1 millón de pesos mensuales para sus oficinas y actividades, más una subvención variable de 116 mil pesos al mes por cada diputado, que en enero de 2016 subió a 132 mil pesos (Reforma 28/Mar/2016).
A ese monto hay que sumar los 155 millones que se les dio en 2016 para modernizar los espacios, que habían sido remodelados apenas tres años antes, más el salario de cada diputado.
El 31 de agosto, cuando acabe el periodo para el que fueron electos, (aunque dejaron de ir desde hace meses y desde ayer ya ni tienen oficinas), cada uno se llevará más de un millón de pesos por seguro de separación individualizado, gratificación de fin de año, el fondo de ahorro solidario y aguinaldo.
Pero, el jueves 9 de agosto ya casi no había ni un diputado.
El morenista Miguel Alva y Alva caminaba por el patio central y admitía que algunos de legisladores se llevaban todo.
"Pero ya va a cambiar, ya va a cambiar este derroche", prometía.
A pesar de eso, quien se asomara a las oficinas vacías pensarían que se llevaron todo. El caso más evidente, de nuevo, fue el del PRD cuya bancada decomisó desde abril, cuando los diputados dejaron de ir a sesiones, todo el equipo a su área de prensa.
"Dijeron que el equipo que se había comprado se le iba a donar al Comité Ejecutivo Nacional del PRD", dijo uno de los trabajadores. Y añadió que sólo se quedaría el equipo viejo, propiedad de la Cámara, pero que incluso ni ese se salva.
"En 2015, cuando llegamos, a las computadoras que había en las oficinas les habían sacado las memorias", dijo.
En el caso de los diputados panistas y del Partido Verde vaciaron los 60 campers de lujo adonde se habían mudado luego que el temblor los dejó sin oficinas. Sólo dejaron archiveros y escritorios. En la coordinación del PAN, en la primera planta del edificio B, se impidió la entrada.
Los libros fueron empacados y los diputados, como Julio Saldaña Morón, se los llevaron para regalar en su Distrito. Otros fueron a parar a la Biblioteca del Congreso, pero decenas llegaron a la basura, como el "Marco Jurídico del Congreso" o "Timofilia", el libro de tapa dura conmemorativo de la exposición de Rodrigo de la Sierra en la Cámara, quedó en la basura, entre papel de baño usado, y el "Manual de Técnica Legislativa".
Entre la basura estaba un paquete de 500 tarjetas blanquísimas sin usar de la Coordinación de Diputados de Nayarit del PRI y credenciales de afiliación de Morena.
Los empleados de limpieza entraban y salían del tiradero con carritos y a veces se detenían a remover aquello.
"Todo lo bueno se lo llevan, nada nos dejan a los pobres", se quejó Ramón Silva, el conductor del camión de la basura.
Con información de Agencia Reforma
Con información de Agencia Reforma
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