Sevilla.- Rocío Cortés Núñez de 26 años ha muerto este domingo en un ascensor en el hospital de Valme, en Sevilla, después de que su cabeza quedara atrapada en un ascensor del hospital.
Fuentes cercanas a la familia han explicado que la joven pasaba a otro piso después de salir de una cesárea; al salir del ascensor, la camilla quedó atrapada dentro del elevador, quedando la cabeza dentro.
El fallo provocó que al llegar arriba se seccionara el cuello de la joven. El personal sanitario que allí se encontraba asegura que no se pudo hacer nada para frenar el ascensor. "Fue una película de terror. Espantoso", narran algunos testigos de la macabra escena.
Los bomberos tuvieron que trabajar durante dos horas para recuperar el cuerpo.
"Veníamos por una felicidad y nos han quitado una vida", dijo, destrozado por el dolor, Fernando, uno de los siete hermanos de Rocío Cortés Núñez.
"Estoy hecho un trapo", afirmó por su parte José Gaspar, el marido de la joven, con quien estaba casado desde hace cuatro años. "Esto no puede quedar así. Hoy ha sido Rocío pero mañana puede ser otra persona", dijo al diario ABC Sevilla.
Rocío dejo a tres huérfanas; sus otras dos hijas, Carmen y Rocío, tienen cinco y cuatro años. Triana, la recién nacida, se salvo de no ir con su madre, ya que en ese momento era trasladada al Virgen del Rocío para ser tratada de una cardiopatía. "Si no la hubieran llevado al otro hospital, podría haber corrido la misma suerte, ya que siempre se ponen los bebés en el pecho de la madre, incluso cuando se hacen cesáreas", refieren miembros del personal sanitario.
Tras el accidente, la familia de Rocío presentó una denuncia "para pedir responsabilidades".
La Junta de Andalucía también abrió una investigación interna. Aunque la consejera de Salud, Marina Álvarez, también aseguró que el ascensor "había pasado todos los controles y cumplía con la reglamentación".
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